1º Día: Llegada, primeras impresiones y primeros percances.
Recorrido: Gatwick Airport - Brighton - Hotel - St. James street - Old Town - Shopping Centre
Llegamos al aeropuerto de Gatwick y como era de esperar empiezan los controles de seguridad. Esperanza, que es más peligrosa que Michael J Fox con un bisturí, pasa tan tranquila y para colmo al menda lo paran con toda clase de preguntas: "where are you from?" "where are you going?" "Aim from espein and aim goin tu braiton", llegué a balbucear ante la hilarante mirada de mi inquisidora policía y mi señora.
El tren siguió siendo más de lo mismo, llegamos y el tren con destino a Brighton cambiaba constantemente de carril (¿cómo carajo puede cambiar un tren a semejante velocidad?) con lo que cuando creiamos que estabamos en el tren correcto me fijo en que iba en dirección contraria, así que nos bajamos corriendo para comprobar por los paneles que no, que ese era nuestro tren, coge las maletas y sal corriendo de nuevo. Contemplando el espectáculo había una entrañable pareja de ancianitos que no perdió detalle del espectáculo para sorna y gracia.
Brighton: ¡qué puedo decir de Brighton que no se haya dicho ya! El Torremolinos inglés. si preferís llamarlo así. Tuvimos suerte y el tiempo nos acompañó, así que pudimos disfrutar de paseos por el Pier, perdernos por sus callejuelas y pasear por la zona comercial. Afortunadamente planeamos el viaje para de 3 días, hacer 2 a Londres y 1 a Brighton porque es que la ciudad no tiene para más de una tarde.
Respecto al hotel, pues que no era un hotel. No al menos el concepto de hotel que tenemos en España, es la típica casa mata inglesa que la han habilitado para tener habitaciones con cuarto de baño. El sitio estaba bien y al ser pequeñito el pueblo podías ir andando a cualquier parte, eso sí, el servicio era pésimo y la limpieza igual.
2º Día: There's no place like London.
Recorrido: Brighton - London Bridge - Millenium Bridge - Catedral de St. Paul - Imperial War Museum - London Eye - Parlamento - Big Ben - Torre de Londres - Abadía de Westminster - Harrods - London Bridge - Brighton
Tras habernos acostado a las 6 de la tarde y levantarnos a las 6 de la mañana, es lo que tiene el Jet Lag, recogemos nuestros bártulos y nos vamos a la aventura londinense. Me sorprendió gratamente ver lo bien conectado que esta el país mediante tren, nuestro medio de transporte durante todo el viaje, tardando poco más de hora y media en llegar a la capital, los precios son asequibles (en fin de semana) y además disfrutas del verde paisaje.
Londres es una ciudad maravillosa, además de enorme, afortunadamente hizo sol durante nuestro viaje con lo que nos ahorramos el engorro de ir paragüas para arriba o para abajo. A cada paso que dabas tenías la necesidad de hacer una foto porque es una ciudad plagada de pequeños monumentos que siempre valen la pena retratar. La Catedral de San Pablo es abrumadoramente grande, aunque no tuvimos la oportunidad de entrar, como 3 o 4 catedrales de Málaga para haceros al cuerpo.
Aunque sin duda la estrella del viaje, aunque para llevarme la contraria ya esté mi novia, creo que fue el London Eye. La noria más grande del mundo con 150 metros de altura ofrece desde sus particulares cabinas las mejores vistas de la ciudad hasta donde se pierde el horizonte. Desde aquí podías ver prácticamente toda la ruta que hicimos ese día. Para ser sinceros las fotos no hacen justicia a lo que impresionaba en la realidad.
Como anédota del viaje, en nuestra visita al Parlamento británico, todo el mundo se estaba haciendo fotos con la fachada del edificio junto a un Bobby que se suponía que estaba allí para vigilar el acceso al edificio. Y digo se suponía porque el colega era un Showman, haciéndose fotos con todo el mundo y dando conversacion en más de los idiomas que pudiera recordar. Mención especial al "oh! Málaga, a beautiful city" que nos soltó el amigo.
Como pijos snobs que somos, no pudo faltar nuestra visita a Harrods. Los grandes almacenes del señor Al-Fayed son el despilfarro económico más grande que te puedas echar a la cara, grandes marcas, precios desorbitados y lujo por todas partes. Eso sí, casi nos compramos algo para tirarnos el morro de decir que hemos comprado en Harrods.
Sobre la visita al Imperial War Museum hay poco que contar. Como apasionado de la II GM iba babeando cada vez más con cada modelo de tanque/arma/chorradita que veía ante la incrédula mirada de Esperanza que no era consciente de esa faceta mia.
Del resto del viaje hay bastantes más fotos (hicimos unas 60 por día) pero cuestiones de espacio y las caras de que tengo en algunas me impiden seguir publicando, al menos en portada, fotos de ese día.
Por hoy creo que ya he hecho una entrada bastante larga y eso que todavía me quedan otros dos días por comentar. En la próxima entrada sobre el viaje hablaré un poquito de todo: Candem, Oxford Street, British Museum, etc.
Stay Tunned!!!