lunes, 13 de abril de 2009

Magdalena Álvarez, una mujer peculiar


La entrada de hoy tiene origen en una educada discusión que hemos tenido una persona que desea permanecer en el anonimato (Balbo) y yo. En la conversación hablabamos sobre el origen de los cambios que ha experimentado la ciudad en materia de infraestructuras.

El Ingeniero de caminos, canales y puertos anónimo sostenía que las obras se hacían porque eran realmente urgentes y necesarias, por mi parte, quizá un poco más pragmático, propugnaba que todo era una estrategia de la hasta hace bien poco Ministra de Fomento Doña Magdalena Álvarez en su carrera hasta la alcaldía de la ciudad. Y en esta entrada me explicaré por qué.

Para comprender mi postura tenemos que partir de dos puntos de vista fundamentales: barrer para casa y grajearse las tierras. Es de sobra conocido por todos el deseo de su partido por colocar a Maleni en la alcaldía de Málaga y desbancar una mayoría absoluta que inició hace 10 años doña Celia Villalobos. Pues bien, qué mejor manera de ganar votos que llenar la ciudad de obras, beneficiosas eso sí, para que a tu regreso esten finalizadas "gracias a ti".

El nuevo Museo Thyssen, la hiperronda, la ampliación del aeropuerto, el recibidor del puerto, el centro comercial del puerto, el metro, la ampliación de la UMA, el tercer hospital de la ciudad, el aeropuerto de antequera, el AVE, reforma de tramos de la A-7 y A-92, etc. Son tan solo una pequeña parte de lo que esta ministra ha conseguido en poco más de una legislatura.

Está claro que yo soy el primero que lamenta su marcha ya que sea del PSOE, del PP o de Falange, agradezco todo lo que beneficie a mi ciudad así que mucho me temo que con su marcha se irán las obras, el dinero, las infraestructuras y lo que es peor, los puestos de trabajo.

Pero, ¿es realmente la Sra. Álvarez una digna rival a la altura de D. Francisco de la Torre? Por supuesto que no, sus constantes meteduras de pata, su carácter inapropiado y su, por qué no decirlo, inaptitud en la vida política la obligan a recurrir al chantaje a la sociedad para obtener un puñado de votos de gente que lamentablemente no es capaz de ver más allá de sus narices "oh mirad! ella trajo el AVE, la voto".

Sólo espero que esta señora, que tanto ha beneficiado a mi ciudad, acabe como ha acabado, estrellándose.

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