jueves, 26 de marzo de 2009

Proceso de integración europea: Euroforce

Este año con motivo de la asignatura Derecho Constitucional, tengo la suerte de cursar un seminario de Derecho Comunitario Europeo. En él estudio los diferentes aspéctos que componen la política judicial europea: composición organizativa, esfera judicial, relaciones internacionales, etc.

El último día tuvimos el privilegio de recibir la charla de manos de un Coronel del Estado Mayor que actualmente se encuentra en la reserva, miembro retirado de las Fuerzas Especiales y con participación en Operaciones coordinadas con otros países.

El motivo de la ponencia era sobre el espacio de seguridad europeo y trató principalmente por qué Europa a día de hoy no posee una fuerza militar conjunta.

El Coronel, además de ser tambíen abogado, nos explicó las reticencias de los países a ceder unidades por parte de los países miembros. Cómo con acuerdos como los firmados en Helsinki se trató de realizar una Unión Europea Occidental como organización militar conjunta. Dichas reuniones fracasaron, quizá por la temperatura exterior de Helsinki en enero, y el proyectó está actualmente parado.

Además del problema de los países, al considerar que cediendo esas unidades pierden parte de su poderío militar, estaba la OTAN. Esta organización expresó su malestar ya que las unidades que estaban dispuestas a ofrecer los países eran las mismas que ofrecían a la OTAN con lo cual podía darse la situación de no disponer de los efectivos necesarios para alguna operación determinada.

Es obvio que, dejando pacifismos a parte, la formación de un ejercito único en Europa tendría un impacto en la comunidad internacional importantísimo. No como demostración del poderío militar, sino como símbolo de la unidad de los distintos estados y la creación de una imagen en el mundo.

La solución

¿Qué es lo que yo propongo? Teniendo en cuenta que no soy ningún analista político-militar y ni siquiera soy analista, propongo la escisión de la OTAN en dos organizaciones.

La OTAN fue creada en sus orígenes para combatir al bloque soviético, que más tarde formó el Pacto de Varsovia, y formar un frente común en los albores de la guerra fría. Es obvio que esta situación, salvo picos de tensión típicos de una vieja potencia militar en decadencia, ya ha pasado a la historia con lo que la OTAN ha pasado de tener una presencia hostil concreta a un carácter más internacional.

Esta nueva situación política reune los requisitos necesarios para poder dividir la OTAN actual en dos suborganizaciones que trabajasen conjuntamente con un órgano de administración compuesto en igualdad por las cabezas de ambas: una OTANA (América) y OTANE (Europa). No lo considero un proyecto muy descabellado ya que América y Europa tienen, por norma general, intereses comunes y hasta ahora han mantenido cierta relación de cordialidad. Europa, asímismo, ganaría inmediatamente unos efectivos totalmente disponibles para su uso.

Bien es cierto que la OTAN no está compuesta por todos los países que forman la UE, y menos el Consejo de Europa (donde está Rusia además). Quizá aquí aparecerían las mayores dificultades a la hora de conseguir la adhesión a este tratado por parte del resto de estados.

Como conclusión terminar diciendo que Europa necesita un ejército para continuar el largo camino que queda por recorrer hasta los Estados Unidos de Europa donde el estado, la economía, la justicia, los derechos y la seguridad, sean únicos para todo el territorio

1 comentario:

  1. Este punto lo comentamos en la facultad, que me ha parecido interesante.

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