sábado, 21 de marzo de 2009

Marta del Castillo ... ¿una más de muchas?


La sociedad española en general, y la andaluza en particular, permanece en vilo tras la desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo. Los apoyos desde todas las instituciones públicas y sectores de la sociedad son constantes hacia una familia rota por el dolor de la desaparición de una hija.

Esta familia, al igual que la de Mariluz Cortés, ha utilizado una técnica para evitar que su caso se pierda en el olvido (¿Alguna autoridad recuerda a Jeremi Vargas?). Esto es, un goteo de ruedas de prensa y declaraciones en la televisión que permiten mantener el caso en boca de todos. Así los padres de Marta, y los medios especializados en carnaza, han conseguido crear en la sociedad un sentimiento de interés y empatía hacia su hija y evitar desaparecer de las portadas.

Con la detención del presunto asesino de Marta, su ex-novio, parecía que estuvieramos en la edad media pero con zapatillas nike en lugar de sandalias: pena de muerte!! gritaban algunos, perpetua en España con un tono más "conciliador" replicaban otros. Necesitamos saciar nuestra sed de sangre, han asesinado a la hija de Andalucía.

Ya en frío todo el mundo ya lo veía venir: un chico problemático, proveniente de una familia desestructurada (parece que este concepto políticamente correcto esté de moda, cuando es un eufemismo hacia el padre/madre alcoholico/drogradicto de toda la vida). Lo raro es que los padres de una chica de 16 años, o los que sean, permitan que su hija se junte con semejante elemento y a saber como son los demás, pero bueno ... a buenas horas, mangas verdes.

La última novedad del caso ha sido que Miguel, tras haber confesado el crimen y haber indicado la zona apróximada en la que arrojó el cuerpo con ayuda de sus amigos, ha decidido cambiar de declaración casi un mes después de la primera, desmontando así todo el operativo policial que había para la busqueda del cadaver. Un dispositivo de más de 300.000 euros diarios a la basura. Esto, obviamente, mosquea al personal.

Ahora la gente quiere que Miguel, un chico de 20 años, pague más de 9 millones de euros, sí, claro. Es normal que la gente se pille estos rebotes, teniendo en cuenta que el dinero con el que se realiza la búsqueda proviene de todos nosotros, de algunos más que otros.

Pero la justicia, una vez más, está del lado del delincuente. Nuestra querida Constitución en su artículo 24.2 dice "Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.". Le ampara totalmente para que mienta si quiere y evitar declarar contra él mismo.

El cambio de localización ha venido acompañado de la inculpación del delito hacia el menor de los arrestados en el caso. ¿A qué se debe este giro de los acontecimientos?

Es bastante dificil de creer que semejante cambio en la estrategia de la defensa haya venido de la mano de un chico de 20 años sin ninguna clase de conocimientos jurídicos. Pero es que además esta misma semana nos hemos enterado de la dimisión del abogado defensor de Miguel, así que ¿Quién ha orquestado toda esta maniobra?

Si me permiten, voy a sacar mi vena paranoica para crear la siguiente teoría: el mismo día que se produce el cambio de declaración de Miguel, iba a hacerse público la reducción de efectivos para la búsqueda del cuerpo a agentes de protección civil ¿Ha podido la policía utilizar justo, a petición quizá de alguna autoridad sensibilizada con el caso o del propio padre, esta información para que continue el caso en activo? Si es así, ¿con qué intención?

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