El mejor ahorro, un Rey
Antes de analizar el texto, con el que discrepo en algunos puntos que procederé a analizar a continuación, hablaré de un movimiento "político-social" que surgió tras la muerte de Franco en 1975: el Juancarlismo.
Denominamos a este fenómeno como la admiración que siente parte, me atrevería a decir una gran parte, del pueblo español hacia la figura del rey D. Juan Carlos I de España.
Durante su reinado se aprueba la Constitución española de 1978 en la que cede prácticamente la totalidad de sus competencias en beneficio de una Monarquía Parlamentaria de corte europeo occidental donde "el rey reina, pero no gobierna" suprimiendo toda participación política de la monarquía. Desautorizó el intento fallido de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, posicionándose en una postura pro-demócrata y contra cualquier intento de golpe de estado, tras este conflicto la monarquía quedo completamente consolidada.
Sucesos como estos, además del hecho que el Rey representa la máxima figura española en relaciones internacionales han forjado una imagen personal de la monarquía que los españoles han asociado siempre a la figura de rey D. Juan Carlos I que ha ganado el apoyo de los ciudadanos con sus actuaciones y declaraciones. Como el propio autor remarca: "las encuestas presentan a la Monarquía como una de las instituciones más valoradas, es decir, no se discute a Su Majestad Don Juan Carlos I" [...] "Hubo años, en los que España no tuvo gobernantes a la altura de su momento histórico, más al final del siglo XX, el destino nos ha regalado la persona adecuada en la hora oportuna".
¿Supone el apoyo al rey actual un apoyo de facto a la monarquía española? Esta pregunta encontrará su respuesta en el momento que el actual Príncipe de Asturias D. Felipe de Borbón sea coronado rey. Entonces veremos si realmente España admira una Monarquía Parlamentaria o si lo que valoraba era un, y perdón por el palabro, Juancarlismo Parlamentario. Asímismo, al actual Principe de Asturias se le presuponen una serie de cualidades que ha ido adquiriendo como parte de su proceso de formación personalizada para un futuro mandato como monarca.
Centrándonos en el artículo, me gustaría destacar una serie de puntos frente a los que discrepo ligeramente. Quisiera aclarar que estas puntualizaciones las hago más como tales que como opinión personal.
"En los presupuestos del 2006 se ha fijado para la Jefatura del Estado la cantidad de 9.050.000 euros, que dividida entre los 44 millones de españoles toca a 0,21 euros cada uno [...] la cifra más baja es la del Rey de España, dato significativo en sí mismo, pues los gastos de cada jefe de Estado deberían ser muy semejantes (tras comparar el gasto de otros países)"
El autor pide que omitamos el PIB de cada país con los que se compara el gasto de la casa real, pero ¿realmente puede hacerse?
Datos tomados de 2005 PIB Europa :
El PIB de Alemania (expresado en millones de €): 2.244.600,0
El PIB del Reino Unido (expresado en millones de €): 1.804.586,1
El PIB francés (expresado en millones de €): 1.717.921,0
El PIB italiano (expresado en millones de €): 1.423.048,1
El PIB de España (expresado en millones de €): 908.450,0
¿Qué pretendo decir con esto? Intento justificar lo que el autor no quiere ver o hacer, pues hay países que son auténticas potencias económicas que pueden realizar gastos superiores a los de España, bien sea en materia de Jefes de Estado o como si hablamos de educación, sanidad, defensa, etc. Materia aparte (por no haberla encontrado mientras escribía este foro) sería ver cuánta cantidad de este PIB va destinada a la figura del monarca/jefe de estado por cada país.
"En segundo lugar, resulta que también es el Rey de España, el mandatario menos costoso para sus súbditos considerados individualmente. Con la circunstancia añadida de que la Familia Real no conserva Patrimonio histórico alguno, como ocurre en otras monarquías europeas"
Esto es una verdad a medias. Como podemos ver en los siguientes enlaces: Wiki Patrimonio Nacional y Web Oficial del Patrimonio Nacional
El Patrimonio Nacional es un organismo autónomo, dependiente del Ministerio de la Presidencia del Gobierno de España, dedicado al mantenimiento y cuidado de los bienes de titularidad del Estado a disposición del Rey de España y el resto de la Familia real española para su uso como residencia o para actos de Estado y ceremonias oficiales.
De entre los palacios y residencias enumeraré algunos de los que les corresponde a la Familia real española:
- Palacio Real de Madrid.
- Palacio de la Zarzuela (Madrid).
- Real Sitio o monasterio de San Lorenzo del Escorial (Madrid).
- Palacio Real de Aranjuez y sus jardines (Madrid).
- Palacio Real de El Pardo (Madrid).
- Palacio Real de La Granja de San Ildefonso (Segovia).
- Palacio Real de Riofrío (Segovia).
- Palacio Real de La Almudaina (Palma de Mallorca, Islas Baleares).
- Residencia Real de La Mareta (Lanzarote, Islas Canarias) y otras residencias reales.
"Pero, además, hay que considerar otro aspecto que tiene significativa importancia económica: en España no hay elecciones a Jefe del Estado y además de la enorme ventaja que ese hecho aporta al no depender el cargo supremo de partido ninguno y ser, por tanto, verdaderamente independiente, los ciudadanos se ahorran el coste de los correspondientes comicios."
Si no he entendido mal, el autor de este artículo manifiesta como una virtud el hecho de que no se produzcan elecciones democráticas para la elección de la máxima figura española, la de jefe de estado. Quizás, si hubiese elecciones a la jefatura del estado, D. Juan Carlos no saldría elegido. Como argumentos a favor destaca el hecho del ahorro que supone el coste de unos comicios, tal vez deberíamos también agradecer a Francisco Franco el ahorro que nos supuso durante 40 años de elecciones democráticas.
Por supuesto, esta comparación hay que mirarla desde el punto de vista adecuado. En ningún momento comparo la figura del Rey, quien, afortunadamente, ha sido una persona que ha defendido desde el primer momento unos valores democráticos y que ha llevado la Constitución española como estandarte desde su nacimiento. Pero, ¿y si no hubiera sido así? ¿Y si el su Majestad hubiera apoyado, por ejemplo, a los golpistas del 23-F? Seguro que este autor incluso hubiera remarcado el ahorro que nos supone además, no celebrar unas elecciones generales.
Como conclusión, y para no dejar un sabor de boca agridulce con mi ultimo comentario, quisiera finalizar mi intervención de una forma similar a la que acabó D. Iñigo Moreno.
¡Viva el Rey! Es decir, Juan Carlos I.
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